
La felicidad genera éxito, no al revés. No lo tomes de nosotros, tómalo de la ciencia. Las personas felices son más creativas, útiles, caritativas y seguras de sí mismas, tienen mayor autocontrol y muestran mejores habilidades de autorregulación y adaptación.
Sí, son muchos beneficios y puedes tenerlos todos para ti. Estés donde estés en la vida, estos son 25 consejos fáciles de localizar para ser más feliz, cada día.
1. Deja de dar razones para todo.
Ésta es la mayor clave de la felicidad. Por ejemplo, dar razones para llegar crónicamente tarde a las reuniones o explicar tu incapacidad para pasar más tiempo con tu familia porque estás demasiado ocupado en el trabajo indica que tus prioridades están desequilibradas y realinearlas te conducirá a una mayor felicidad. A menudo, las razones no son más que excusas. Las utilizamos para ocultar nuestros defectos. Cuando dejamos de utilizar las razones para justificarnos, aumentan nuestras posibilidades de cambiar nuestro comportamiento, conseguir una imagen realista de nosotros mismos y llevar una vida más satisfactoria y productiva.
2. Deja de decir «debería».
Realmente deberíatrabajar esta noche, realmente debería comer mejor, realmente debería pasar más tiempo en casa. La palabra implica desgana y culpabilidad. Empieza diciendo «quieres» en lugar de «deberías». El lenguaje positivo te ayudará a aclarar y priorizar lo que realmente quieres hacer en este momento, y puede ayudarte a adoptar comportamientos saludables que no te entusiasman (realmente quieres comer mejor) de un modo motivador.
3. Sé agradecido.
Es sencillo y funciona. La próxima vez que te sientas triste, piensa en cinco cosas de tu vida por las que estés agradecido.
4. Cambia tu «paradigma de la felicidad».
Redefine lo que la felicidad significa para ti en este momento y date cuenta de que puedes ser feliz ahora. Los hombres, en particular, malinterpretamos la fórmula de la felicidad. Pensamos: «Si ahora puedo trabajar más, tendré más éxito y seré más feliz». Y resulta que no es cierto, en parte porque cada vez que conseguimos un objetivo, nuestro cerebro cambia el significado del éxito. Así que la felicidad es lo contrario de un objetivo móvil y nunca llegamos a él. Pero si las personas pueden crear felicidad en el presente, pueden mejorar realmente su tasa de éxito a largo plazo.
5. Practica, aunque sólo sea durante 7 minutos.
Los estudios han demostrado que el ejercicio puede ser tan eficaz contra la depresión y la ansiedad como los antidepresivos. Hay un componente físico (entrenar a tu cerebro para que libere dopamina) «además» cuando haces ejercicio, tu cerebro registra una victoria. Has tenido éxito. Y eso crea esta cascada de éxito. Así que empiezas a desarrollar hábitos más positivos.
6. Da las gracias a alguien.
Escribir un correo electrónico positivo de dos minutos a alguien que conoces, felicitándole o dándole las gracias por algo, aumenta enormemente tu apoyo social. Y te hace sentir más feliz cuando escribes esa nota.
7. Imagina que eres viejo y miras hacia atrás en tu vida y te das consejos a ti mismo.
Los mejores consejos en la vida proceden de personas que han vivido más que tú. Así que ponte en el lugar de tu abuelo o abuela e intenta imaginar qué sabia sabiduría podrían darte.
8. Haz una sencilla lista de tareas.
Escribe cinco o diez cosas que quieras conseguir en la vida. Reducir las cosas crea claridad y te permitirá poner en marcha un plan mucho más rápidamente.
9. Trabaja en tu percepción de la felicidad.
Se trata de darse cuenta de que la felicidad es el objetivo final. Se trata de encontrar la coincidencia entre las tres preguntas: «¿Qué me da sentido?», «¿Qué me da placer?» y «¿Cuáles son mis puntos fuertes? Identificar estos elementos y centrarte en ellos, aunque sea durante una parte del día, mejorará tu estado de ánimo a largo plazo.
10. Establece objetivos que sean medios, no fines.
Para conseguir una felicidad duradera, tenemos que cambiar las expectativas que tenemos de nuestros objetivos: en lugar de verlos como fines (esperando que alcanzarlos nos haga felices), tenemos que verlos como medios (reconociendo que pueden aumentar el placer que sentimos en el camino). Un objetivo nos da la sensación de ser mientras hacemos. Elige objetivos que impliquen crecimiento y conexión en lugar de adquisición.
11. Escribe tres cosas positivas que hayan ocurrido cada día.
En tu trabajo, tu carrera y tu vida. Puede sonar cursi, pero se ha demostrado científicamente que funciona a largo plazo. Más de una década de estudios empíricos han demostrado su profundo efecto en la forma en que está conectado nuestro cerebro. Tu cerebro se verá obligado a escanear las últimas 24 horas en busca de posibles aspectos positivos. En sólo cinco minutos al día, esto induce al cerebro a ser más hábil a la hora de darse cuenta y centrarse en las oportunidades de crecimiento profesional y personal, y a aprovechar las oportunidades para actuar en consecuencia. Es un ejercicio que tiene poder de permanencia: un estudio demostró que las personas que se tomaban el tiempo de hacerlo estaban menos deprimidas y eran más optimistas, incluso después de dejar de hacerlo.
12. Descatastrofizar.
Pocas cosas contribuyen más a la depresión que ver una condición temporal como una calamidad final. Las cosas rara vez son tan malas como parecen.
13. Céntrate en objetivos pequeños y manejables.
¿Aún te sientes a punto de perder el control? Define y reclama tu territorio. Uno de los motores clave del éxito es la creencia de que nuestro comportamiento importa; de que tenemos el control de nuestro futuro. Sin embargo, cuando nuestro estrés y nuestra carga de trabajo crecen más deprisa que nuestra capacidad para afrontarlos, la sensación de control es lo primero que desaparece. Si nos centramos primero en objetivos pequeños y manejables, recuperamos la sensación de control, tan esencial para el rendimiento.
14. Crea una regla de los 20 segundos.
Reduce el «obstáculo para el cambio» en 20 segundos, haciendo que un hábito potencialmente bueno sea más fácil de conseguir en 20 segundos o que un mal hábito sea mucho más difícil.
15. Concierta una cita.
Asegúrate de pasar suficiente tiempo socializando con amigos y familiares. En un famoso estudio, unos científicos estudiaron el bienestar de 1.600 estudiantes de Harvard durante un período de 30 años. Descubrieron que el diez por ciento de los estudiantes más felices eran los que tenían las relaciones sociales más sólidas, lo que era un indicador más preciso de la felicidad que la nota media, los ingresos, la puntuación en la selectividad, el sexo o la raza. También puedes probar plataformas de citas y chat en vivo.
16. Simplemente sonríe.
Mostrar una sonrisa falsa reduce el estrés, según un estudio de la Universidad de Kansas en el que se pidió a los sujetos que sumergieran las manos en un cubo de agua helada mientras forzaban una sonrisa. Los investigadores que controlaron a los sujetos registraron una presión arterial más baja en los que sonrieron durante la experiencia helada. Y las personas sonrientes manifestaron menos ansiedad que las que mostraban expresiones neutras o angustiadas.
17. Haz algo agradable, aunque sea por un tonto.
La gente tiende a evitar a las personas que no le caen bien -como tu enemigo acérrimo en el trabajo- y a desentenderse de los problemas que desearía que desaparecieran. La evasión aumenta el estrés a largo plazo. Enfrentándote a los problemas y actuando sobre ellos, tomas el control y esta sensación de poder reducirá el estrés. Aún mejor: un acto de amabilidad hacia el capullo de la oficina hará que te sientas mejor automáticamente, aunque pase desapercibido.
18. Gasta dinero, pero en experiencias, no en cosas.
Un grupo de psicólogos ha descubierto algo que llaman la Paradoja de Easterlin, que significa que las posesiones físicas nos harán más felices, pero sólo hasta cierto punto. Las experiencias se convierten en parte de lo que somos, mientras que los iPhones y los trajes italianos permanecen separados de lo que somos. Las experiencias -ya sean unas vacaciones de lujo o una salida al cine- también crean vínculos sociales, que se ha demostrado que tienen beneficios para el estado de ánimo.
19. Ejercita tu fuerza característica.
Todo el mundo es bueno en algo. Cada vez que utilizamos una habilidad, sea la que sea, sentimos una oleada de positividad.
20. Olvídate del envejecimiento.
Romanelli ofrece una cita del actor John Barrymore: «No envejeces hasta que tus arrepentimientos superan a tus sueños» Así puedes mantenerte joven a perpetuidad.
21. Haz una pausa en 1:11.
Programa la alarma de tu teléfono para esta hora todos los días. ¿Por qué deberías hacerlo? Porque es importante tener una hora fija para que puedas tomarte un momento para sentirte tranquilo y relajado. 1:11 es fácil de recordar.
22. Concuerda con lo que eres.
Sé tan amable contigo mismo como lo eres con los demás. Considera tus errores como oportunidades para aprender. Fíjate en las cosas que haces bien, por pequeñas que sean. En un descubrimiento inesperado, los psicólogos de la Universidad de Hertfordshire que realizaron la encuesta descubrieron que el hábito que mejor se corresponde con ser feliz -y estar satisfecho con la vida en general- es la autoaceptación.
23. Pide ayuda.
Date cuenta de que no puedes ni debes ser Superman. Pedir ayuda alivia lo que te estresa, y la interacción social tendrá un efecto doblemente alegre.
24. Planea hacer lo que quieras, sin tener que hacerlo.
Esperar a que se haga una tarea puede hacer que te desanimes . Reserva una partida de golf, un viaje de esquí o una escapada a la playa para motivarte.
25. Medita.
La meditación de atención plena es eficaz para reducir la depresión, la ansiedad y el dolor. La técnica consiste en permanecer quieto y concentrarse en el momento presente, mientras se focaliza en las zonas de tensión relajante de todo el cuerpo. Bastan dos horas y media de práctica a la semana para obtener resultados significativos. Lo mejor: puedes hacerlo en cualquier lugar, en cualquier momento, y no te costará ni un céntimo, lo que levanta la depresión.
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