ShainaBetancur

BIENVENIDO A MI HABITACION 

Y le dije a mi nuevo amigo: -No, no... Yo quiero que seamos amigos, asi tengo alguien para charlar.

 Él muy feliz, se alegró diciendo: -Gracias guapa Yo me sonroje....

 hacia tiempo nadie me decía un halago. Solo lo que recibía de mi novio era malos tratos o frases muy hirientes que me vestía como una mujer barata para calentar tipos y que seguro me acostaria con cualquiera de los que me halagaban.

 Eso me dejaba más y más en un estado de mucha tristeza y angustia.

 En una oportunidad, había subido un estado a mi red que decia: Siento que ya no sirvo para nada, mi vida es muy miserable. (Creo que ese día quería matarme porque no aguantaba la humillación diaria de él) recibí un mensaje privado que decia:

 Nose que es lo que te pasa, guapa. Pero debes ponerte bien, eres una mujer muy bella! Ese mensaje de mi amigo español fue como mi salvación! Me sentí más aliviada y enseguida le respondi:

 -Muchas gracias... no creo ser bella, porque no lo soy para mi novio ni para nadie 

-Pues te equivocas, he visto fotos tuyas y la verdad es que eres muy hermosa, una mujer muy bella. No quiero sonar grosero, pero si fuera un poco más chico así como de tu edad, querría ser tu novio Me dejó muda pero completamente colorada y con mi corazón latiendo a mil: -¿¿Por dios lo dices enserio?? 

-Pues si, claro. Eres muy bella.. de solo imaginarte colo te verías con un bañador o tu ropa interior... estoy empalmado con tu belleza! No me quiero imaginar lo que son tus pezones o tu chocho... -Chocho?? Perdón que es eso???

 -Tu sexo, guapa... tu rajita, tu clitoris

Te ha gustado mi relato erotico!!  que  tal si  puedes   meterte en mi mente  un poco mas ?

Te gusta  lo que miras  en cámara. por eso estas a qui en mi perfil viendo mas de mi

HABLEMOS DE  MI COMIDA   FAVORITA...

Soy una mujer  muy  reservada  pero en  Xlove  me  gusta ser   atrevida, una  cita perfecta seria  ir  al cine o  ir  a comer pero amo la pasta. 

La comida  italiana  en General me  gusta pero si lo cocinas   tu  seria genial.

Puedo  imaginarme una escena  con velas, pétalos  y  una champaña y algo de música como el  jazz  o  un grupo de música  romántica,  soy de este  tipo de  chicas pero al llegar a casa  me gusta  que me hagan salvaje y  duro 

También seria agradable si  tenemos  una mesa  grande y me  pones comida en mi  pecho  y la comes de mi.  yo seré tu postre  final esto es  tan excitante 

QUE  SI  SOY  MUY FANTASIOSA?

Si me gusta recrear  situaciones de placer que  podríamos vivir  en el día a  día  o  trabajo, casa  etc 

El aire acondicionado del cine, un viejo multicines de barrio con sus butacas de terciopelo desteñido y el aroma persistente a palomitas rancias, luchaba inútilmente contra la ola de calor que emanaba de nuestros cuerpos.

Yo, con la frescura descarada de mis recién estrenados 18 años, y Erik de 22 también hacia unos meses, mi novio, éramos una combustión espontánea andante. 

Un año de noviazgo, pero parecía que cada día la llama ardía con más fuerza, más voraz, más insaciable. La cartelera anunciaba un thriller psicológico, pero, francamente, el guión que se desarrollaba entre nosotros era mucho más interesante.

Erik, con su sonrisa torcida y esos ojos color avellana que parecían desnudarme el alma, me rodeaba la cintura con un brazo posesivo, atrayéndome hacia él. 

Su mano, grande y cálida, encontró la mía en la oscuridad de la sala, entrelazando nuestros dedos con una familiaridad que me hacía estremecer.

No necesitábamos palabras; nuestros cuerpos hablaban un lenguaje propio, un dialecto secreto hecho de roces, suspiros y miradas cargadas de deseo. 

La película, un borrón de imágenes y diálogos intrascendentes, se desvanecía en un segundo plano. 

Mi atención estaba completamente centrada en la mano de Erik, que ahora se deslizaba por mi muslo, subiendo lenta, tortuosamente lenta, bajo el borde de mi falda corta de tela vaquera.

La tela, ya de por sí delgada, parecía desaparecer bajo su tacto experto. Podía sentir el calor de su piel a través de la fina barrera de mis bragas, una promesa silenciosa de lo que vendría después. Mis piernas, enfundadas en medias de rejilla negras que había elegido esa tarde con premeditación, se tensaron involuntariamente. 

La rugosidad de la rejilla contra la piel sensibilizada era una caricia en sí misma, un preludio al éxtasis que sabía que estaba por llegar.

 "Erik...", susurré, mi voz apenas audible por encima del murmullo de la película. 

El sonido de mi propia voz, cargada de deseo, me excitaba aún más. 

"Dime, mi amor," respondió él, su voz grave y ronca, un susurro que me erizaba el vello de la nuca. Su aliento cálido rozaba mi oreja, enviando escalofríos por mi columna vertebral. 

Su mano, que había estado explorando tímidamente el borde de mis bragas, ahora se atrevía a más. Un dedo, luego dos, se deslizaron bajo el elástico, encontrando la humedad cálida y pegajosa que lo esperaba. 

Gemí, un sonido ahogado que se perdió en la oscuridad de la sala. 

Erik me conocía bien, demasiado bien. Sabía exactamente dónde tocar, cómo acariciar, con qué intensidad presionar para llevarme al límite. Sus dedos, hábiles y expertos, comenzaron a masajearme suavemente, describiendo círculos lentos y precisos sobre mi clítoris, ya hinchado y sensible. "Necesito... necesito esto ahora," dije, mi voz un hilo tembloroso. 

La urgencia era una presión física, una necesidad visceral que me consumía por dentro. Mis caderas se movían involuntariamente, buscando más contacto, más fricción, más placer. 

Erik sonrió con picardía, esa sonrisa que me derretía por completo. "Yo también, preciosa. Pero aquí no..." 

Su mirada, cargada de lujuria, recorrió la sala, evaluando las posibilidades. Sabía que la oscuridad y el bullicio nos ofrecían cierta privacidad, pero no la suficiente.